Corría el 2013, y con 18 años, Constanza decidió hacer un curso de manicure, al mismo tiempo que atravesaba por las clásicas confusiones sobre estudiar una carrera tradicional en la universidad. Aún no decidiendo lo que quería estudiar, entró a una gran cadena de salones de manicure para trabajar. En esta pulió todos los conocimientos que le entregaron en el curso, logrando una base profesional en el rubro, además de dar una pincelada en lo que era pertenecer a un salón y el trabajo en equipo. Dejó este trabajo en 2014 para entrar a estudiar a la universidad.
Durante años, en la aventura de encontrar cuál era su camino de inspiración, y gracias a un gran amigo, decidió volver a conectar con lo que le apasionaba: el arte de las uñas. Así fue que con la ayuda de su querida tía y un préstamo, se arriesgó a perseguir sus sueños comprando su primera maleta con esmaltes y herramientas de trabajo.
Fueron los años de búsqueda de mayor aprendizaje, nuevas técnicas, el moverse en trabajos a domicilios por boca a boca recorriendo todo Santiago y el propósito de seguir creciendo y alimentando su pasión que probablemente la llevaron a ese viaje a EE.UU. donde conoció el sistema de Aprés Gel-X. Quedando completamente enamorada de la técnica que solucionaba gran parte de los problemas del rubro. El daño a la uña natural nulo, la rápida postura, la poca necesidad de limado y la terminación ultra delgada le abrieron un mundo donde descubrió que también habían personas que se apasionaban por el arte de las uñas, más allá de un esmaltado como tal, sino que el toque artístico que se genera al tener un espacio para poner una cuota de identidad propia que permite tener una expresión libre, sobre todo en una cultura con tanta estructura. Las personas a través de las uñas tienen una manifestación de su ser.
Con el tiempo, Constanza necesitó tomar más tiempo para este aprendizaje y seguir perfeccionándose, por lo que acomodó su casa para poder atender a sus clientas y tener mayores implementos para entregar un mejor servicio, siempre en la búsqueda de ir mejorando. Y así, en el año 2017 los sueños y la pasión toman forma dando el nombre de Constance Studio.
La determinación fue grande para el 2018 que decidió dejar sus estudios para dedicarse 100% lo que le llenaba el alma. Esa insaciable energía de crecer la llevó a compartir conocimientos, enseñar a otros, crear comunidad y no decaer en la búsqueda de oportunidades que hoy se materializan en un maravilloso local con una energía increíble ubicado en Drugstore, lo que abrió un camino a conectar con otras chicas que también aman el arte de las uñas además de otras aristas del arte en la belleza, donde logró generar un espacio con identidad, seguro, donde cada persona que entre se sienta con la confianza de expresar su ser a través de nuestro arte.
Constance es un estudio dedicado 100% al empoderamiento. Donde queremos que después de visitarnos te sientas una fiera con ganas de comerte al mundo.